5 señales de advertencia de que estás criando a un niño enojado
Tabla de contenido:
- 1. Arrebatos enojados interfieren con las relaciones
- 2. Su vida familiar se ve interrumpida por el comportamiento de su hijo.
- 3. Su hijo usa la agresión como herramienta
- 4. Meltdowns and Temper Tantrums no son apropiados para su edad.
- 5. Su hijo tiene una baja tolerancia a la frustración.
- Busque ayuda profesional
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Hay muchos factores que pueden contribuir a que un niño se sienta enojado y hostil. Los sentimientos no resueltos, como la pena relacionada con el divorcio o la pérdida de un ser querido, pueden ser la raíz del problema. Un historial de trauma puede llevar a una ira profunda también.
Los problemas de salud mental también pueden estar vinculados a arrebatos enojados. Los niños con depresión, ansiedad, trastorno de oposición desafiante o trastorno de hiperactividad con déficit de atención luchan por regular sus emociones.
No siempre hay un problema ambiental claro o un problema de salud mental detrás del comportamiento de un niño enojado. Ciertos niños solo tienen menos tolerancia a la frustración que otros.
Algunos niños parecen nacer con un fusible corto. Son impacientes, intolerantes y francamente agresivos cuando no están contentos.
En cuestión de segundos, un evento aparentemente menor puede llevar a un niño enojado a tener una crisis completa. Tratar este tipo de comportamiento hostil e impredecible puede ser estresante para toda la familia.
Si bien es apropiado para la edad que los niños pequeños tengan rabietas, y los niños en edad preescolar para arremeter agresivamente a veces, es importante estar atento a las conductas que van más allá del comportamiento normal de la infancia.
Aquí hay algunas señales de advertencia que pueden indicar que debe considerar buscar ayuda profesional para un niño enojado:
1. Arrebatos enojados interfieren con las relaciones
Golpear a un hermano o llamar a alguien un nombre de vez en cuando es normal en niños pequeños. Sin embargo, si los arrebatos enojados de su hijo le impiden mantener amistades o su actitud interfiere con su capacidad para desarrollar relaciones sanas con los miembros de la familia, aborde el problema lo antes posible. De lo contrario, puede tener dificultades continuas con las relaciones a largo plazo.
2. Su vida familiar se ve interrumpida por el comportamiento de su hijo.
No debería tener que caminar con cáscaras de huevo en su propia casa. Si sus actividades diarias se interrumpen debido a la ira de su hijo, no es saludable para nadie en la familia.
Omitir salidas o ceder a su hijo para evitar un colapso, son soluciones temporales que conducirán a más problemas a largo plazo. La hostilidad de su hijo puede empeorar.
Peor aún, otros miembros de la familia pueden resentirse. Si se está perdiendo actividades divertidas, o se interrumpe el tiempo que tiene con otro niño, la conducta de su niño enojado es un problema que debe abordarse.
3. Su hijo usa la agresión como herramienta
La agresión debe ser un último recurso. Pero para los niños con problemas de ira, arrinconarse a menudo se convierte en una primera línea de defensa.
Si su hijo se esfuerza por resolver problemas, resolver conflictos o pedir ayuda, puede estar usando la agresión como una forma de satisfacer sus necesidades. A veces, enseñar nuevas habilidades puede ayudar a un niño a aprender que el comportamiento agresivo no es necesario.
4. Meltdowns and Temper Tantrums no son apropiados para su edad.
Si bien es normal que un niño de 2 años se tire al piso y le dé una patada en el suelo cuando está enojado, eso no es normal en un niño de 8 años. Los derrumbes deben disminuir en frecuencia e intensidad a medida que su hijo madura.
Si las rabietas de su hijo parecen empeorar, es una señal de advertencia de que está teniendo dificultades para regular sus emociones. Es probable que necesite entrenamiento y capacitación para ayudarlo a expresar sus sentimientos de una manera apropiada para su edad.
5. Su hijo tiene una baja tolerancia a la frustración.
A medida que los niños maduran, deben desarrollar una mayor capacidad para tolerar actividades frustrantes. Si su hijo de 7 años lanza sus juguetes de construcción cuando sus creaciones se derrumban, o su niño de 9 años arruga sus papeles cada vez que comete un error en su tarea, es posible que necesite ayuda para desarrollar la tolerancia a la frustración.
Busque ayuda profesional
Si está luchando para enseñarle técnicas de manejo de la ira a su hijo, busque ayuda profesional. Comience por hablar con el pediatra de su hijo sobre sus inquietudes.
A veces, una referencia a un profesional de salud mental puede ayudar. El tratamiento puede implicar abordar problemas subyacentes, enseñar nuevas habilidades o ayudarlo a encontrar estrategias para entrenar a su hijo.
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