Ácidos grasos omega-3 para la esclerosis múltiple
Tabla de contenido:
- Entendiendo los ácidos grasos omega-3
- Fuentes de ácidos grasos omega-3
- Resultados de la investigación
- Conclusiones de la investigación omega-3
Capsula Era del Plástico (Noviembre 2024)
Si ha estado viviendo con esclerosis múltiple (EM) durante algún tiempo, quizás haya escuchado o leído informes sobre los beneficios de los ácidos grasos omega-3 en el tratamiento de la enfermedad. Si bien ya sabemos que estas grasas "saludables" son buenas para nosotros, ¿tienen un impacto real en el alivio de los síntomas (como fatiga o depresión) o en el alivio de la inflamación crónica que forma parte de la enfermedad?
Entendiendo los ácidos grasos omega-3
Cuando se trata de eliminar la grasa de su dieta, la que no quiere reducir es la de los ácidos grasos omega-3. A diferencia de las grasas "malas" saturadas o trans, omega-3 es una grasa poliinsaturada conocida por reducir los triglicéridos, aumentar el colesterol "bueno" HDL y mejorar ciertas funciones cerebrales.
Además, los ácidos grasos omega-3 contienen dos compuestos, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se cree que disminuyen ciertas respuestas inflamatorias en el cuerpo. Esta es la razón por la que los suplementos de omega-3 a menudo se recetan junto con la terapia de la artritis reumatoide.
Dado que la EM es un trastorno inflamatorio que causa un daño progresivo en el sistema nervioso central, los científicos han explorado durante mucho tiempo la hipótesis de que los ácidos grasos omega-3 pueden impedir de alguna manera la progresión y / o la gravedad de la enfermedad.
Fuentes de ácidos grasos omega-3
El cuerpo puede fabricar muchas de las grasas que necesita de otras grasas o ingredientes crudos. Los ácidos grasos omega-3, por el contrario, se consideran grasas esenciales, lo que significa que solo puede obtenerlos de los alimentos que los contienen. Éstos incluyen:
- Pescados grasos, como el salmón, el atún, la caballa, las sardinas, las anchoas
- Linaza y aceite de linaza
- Nueces, especialmente nueces
- Aguacates
- Ciertos verdes de hojas oscuras (como col rizada, espinacas, compota, verdes de col, verdes de mostaza)
También hay suplementos de omega-3 de venta libre que están ampliamente disponibles en forma de píldora o líquido. (Hable con su médico antes de tomar cualquier suplemento de omega-3, ya que puede interactuar con anticoagulantes y otros medicamentos crónicos que pueda estar tomando).
Resultados de la investigación
Más allá de los beneficios para la salud en general de los ácidos grasos omega-3, se han sugerido que una mayor ingesta podría combatir los efectos de la EM. La hipótesis se basó en gran medida en investigaciones iniciales que mostraron que el omega-3 podría inhibir una determinada proteína (llamada matriz metaloproteinasa-9) que se sabe que desencadena la inflamación en el sistema nervioso central.
Al mismo tiempo, otros campos de investigación habían comenzado a mostrar evidencia estadística de que el omega-3 podría ayudar a tratar la depresión mayor, así como ciertos trastornos autoinmunes como el lupus, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide.
Si bien tendría sentido que la EM, una enfermedad con características autoinmunes para la cual la depresión es una característica común, pueda responder de la misma manera, la mayoría de las investigaciones han sido variadas:
- Un estudio multicéntrico realizado en Australia en 2016 mostró que la ingesta alta de omega-3 estaba, de hecho, asociada con una disminución significativa en un tipo de daño nervioso (llamado desmielinización) causado por la esclerosis múltiple. Esto sugiere que una ingesta alta puede retardar la progresión de la enfermedad, aunque este efecto aún no se ha establecido.
- En el lado opuesto, un estudio realizado en Noruega en 2014 mostró que un curso de seis meses de omega-3 en dosis altas no tuvo impacto en el desarrollo de lesiones cerebrales causadas por la desmielinización ni impacto en la tasa de recaídas de la EM.
- Mientras tanto, un estudio aleatorizado realizado por la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon en 2016 mostró que la suplementación con omega-2 no mejoró la depresión en las personas con EM en comparación con el grupo placebo. Esto sugiere que las causas de la depresión en la EM pueden ser totalmente diferentes a las de la depresión típica.
Conclusiones de la investigación omega-3
La naturaleza conflictiva de la investigación sugiere que los ácidos grasos omega-3, aunque son beneficiosos para nuestra salud cardiovascular, pueden tener menos impacto en la progresión o los síntomas de la EM.
Algunos creen que las dosis más grandes administradas por vía intravenosa pueden mejorar estos resultados, pero la mayoría permanece escéptica debido a los efectos negativos de la sobredosis de omega-2 (incluida la frecuencia cardíaca anormal, la anemia y la visión borrosa).
Sin embargo, esto no debería negar los beneficios generales del omega-3 en nuestras dietas, aunque sea solo para garantizar que nuestros cuerpos sean fuertes y estén mejor preparados para enfrentar los desafíos de la esclerosis múltiple.
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